Sufrimiento sin sentido. Propósitos discernidos que corrompen nuestra alma, los hijos del destino se quebrantan a nuestro paso, con cada acto, dejándonos desiertos y en la nada.::
Como una calzada de rosas negras, mustias y muertas, nuestra vida se va empequeñeciendo y desapareciendo. Las drogas, sin apenas darnos cuenta, nos van consumiendo.::
¿ Acaso necesitas de los demás para ser alguien ? ¿ Entonces porque una cosa, dañina, te debería volver persona ? Al revés, te vuelves animal... y al final... una simple cosa... devorada, por los demás.::
No te dejes intimidar. No sufras compasión de tu cobardía. Enfréntate a esa decisión, con serenidad, pero con coraje, como ellas son. Y simplemente... no digas que no. Porque no tienes que decir nada. Simplemente... no lo hagas.::
No juegues con drogas, con muerte... si no quieres ser otro cuerpo inerte.
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